Sector Minería
Publicado para las empresas afiliadas del sector de la Minería / No. 20 / Febrero de 2014
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Riesgo osteomuscular en el sector de la salud.

Estrategias simples
para grandes cambios

Las lesiones osteomusculares son la quinta causa de accidentes en todas las empresas. En el sector de la salud, están especialmente relacionadas con perfiles específicos como son auxiliares de enfermería, camilleros y tecnólogos de ayudas diagnósticas, porque son las personas que están más expuestas a la movilización manual de pacientes.

Si bien en este momento contamos con estrategias como los estándares de comportamientos seguros, es claro que no son lo suficientemente seguros y que la contracción máxima sostenida de la tracción lumbar, es por encima de la proyectada. Por lo tanto, se deben implementar otras ayudas.

En el mundo se está planteando que para lograr una adecuada gestión del riesgo osteomuscular en el sector de la salud, deben confluir cuatro aspectos importantes: el administrativo, de espacios físicos, ayudas mecánicas, así como capacitación y formación.

Factor administrativo

Es la relación entre la cantidad de personal que se necesita para la atención y la manipulación de pacientes (sean colaboradores, parcialmente colaboradores o no colaboradores). Aunque en algunas entidades se requiere la contratación de personal, en muchas lo que se vuelve prioritario es la organización y la optimización de recursos (incluyendo el personal que ya se tiene), además de fortalecer el trabajo en equipos, de forma que se logren procesos organizados, coordinados, se minimice el riesgo de lesiones de los trabajadores, se garantice la seguridad del paciente y se optimicen tiempos. Para ello, las medidas a tomar entre las más fáciles y urgentes, son la consecución de ayudas mayores y menores y la capacitación de los empleados.

Ayudas mayores y menores

Una movilización del paciente, sea total o parcial, conlleva riesgos que hay que enfrentar. Las ayudas mecánicas constituyen el factor que tiene mayor influencia en la disminución de la tasa de accidentalidad y enfermedad osteomuscular y es el más fácil de enfrentar en el corto plazo para cualquier empresa de salud. El ideal es que 90% de las movilizaciones en un día se hagan con ayudas mayores y menores.

Ayudas mayores

Las ayudas mayores se refieren a camas y camillas ergonómicas, grúas y sillas de ruedas.

Las camas ergonómicas deben poseer como requisito mínimo: control eléctrico, parada de emergencia (si el paciente es muy pesado), tres nodos (ejes para que el paciente no se deslice en la cama de forma que se disminuya el número de veces que el trabajador tiene que subir al paciente a la cabecera), frenos y una altura mayor a 15 cms del piso a la base de la cama, para que el pie de la grúa quepa por debajo.

Las camillas deben tener la capacidad de subir o bajar para que estén al mismo nivel de la cama o la superficie donde se va a mover al paciente.

Las grúas, sean de pie, de techo o de pared, son el elemento que mayor impacto tiene en la disminución del riesgo osteomuscular. Con ellas el trabajador no hace manipulación total del paciente y se facilita su labor de trasladarlo de la cama a una silla de ruedas, al baño o a un aparato diagnóstico.

En los centros hospitalarios aún se tiene el mito de que las grúas sólo se deben utilizar para pacientes muy obesos. La realidad es que las grúas son valiosas y recomendables para el manejo de cualquier persona de más de 90 kg de peso.

Ayudas menores

Las ayudas menores se componen por las sábanas deslizantes, de movimiento y los rodillos de movimiento y sillas de ruedas. Son ayudas que sirven para traslados de cama a camilla, de camilla a cama y para reubicar al paciente en la cabecera.

Las sillas de ruedas deben tener espaldar, reposapiés y reposabrazos removibles para facilitar la movilización del paciente.

Hoy en día la tendencia a nivel mundial es migrar al uso de sábanas de deslizamiento y rodillos de deslizamiento. La diferencia radica en que con las sábanas de movimiento, el trabajador hace levantamiento de carga y por lo tanto el riesgo permanece. Con las sábanas de deslizamiento, como su nombre lo indica, el trabajador ya no levanta ninguna carga sino que desliza al paciente hacia donde lo necesita. Las sábanas de nylon tienen un nivel de fricción mínimo que permite que el paciente se deslice fácilmente. De esta forma se disminuyen patologías en hombros, cuello y columna. Con el rodillo de deslizamiento el principio es el mismo.

A corto plazo la intervención más fácil de hacer en el sector de la salud es con las ayudas mayores y menores, es decir, con la adquisición de equipos. Estos deben cumplir con los requisitos de suficiencia, es decir, suficientes para el número de pacientes que se tienen (en el caso de grúas la norma dice que debe haber una ayuda mayor por cada 8 pacientes no colaboradores) y adecuación (que las ayudas mayores y menores cumplan con todas las características ergonómicas).

Formación

De nada sirve tener ayudas mayores y menores si no se sabe cómo utilizarlas correctamente. La formación en la buena utilización de los equipos por un lado tiene como propósitos lograr una mayor durabilidad de los mismos, garantizar que cumplan el objetivo de prevenir los accidentes osteomusculares e incidir enormemente en la seguridad del paciente.

La formación debe estar conformada por tres aspectos fundamentales:

1. Una parte teórica donde se le explique al personal cómo funcionan las ayudas mayores y menores. La primera fuente de capacitación es el proveedor de los equipos. Los fabricantes de grúas, camas y camillas, deben proveer toda la información y formación para que quienes van a tener contacto con los equipos los cuiden y manejen en forma segura.

2. Una segunda etapa, tal vez la más importante, es aquella en la que se les da capacitación práctica en cómo utilizar cada equipo, sábana, cama y camilla. El conocimiento teórico es fundamental pero se debe garantizar que las técnicas de manipulación sean las correctas.

3. La tercera etapa de la formación se compone de observación, supervisión y seguimiento para estar seguros de que las ayudas mecánicas se están utilizando, que los estándares de comportamiento y protocolos se están siguiendo apropiadamente y poder detectar dónde hay que reforzar los procesos de capacitación.

Estructura Física

La estructura física generalmente se aborda a largo plazo por su complejidad y alto costo. Este tipo de modificaciones y adecuaciones van desde variaciones en las medidas de puertas, habitaciones y baños que permitan la movilización de sillas de ruedas y desplazamiento de camillas, ajuste de corredores, escaleras y espacios comunes y si se van a implementar grúas de techo y pared, toda la adecuación estructural para garantizar la resistencia de los agarres. ARL SURA tiene a disposición de los centros hospitalarios, expertos que pueden ayudar a estructurar un plan efectivo y completo para suplir sus necesidades.

Complementario pero no menos importante

La herramienta de ARL SURA más completa y efectiva en el control del riesgo de la salud para el sector hospitalario es “Empresa saludable”. Dentro de ella se tiene todo el acompañamiento y asesoría para que las empresas desarrollen su sistema de vigilancia epidemiológica de desórdenes musculoesqueléticos. Para el sector de la salud, se determina el riesgo con metodología MAPO (Movilización y Asistencia de Pacientes Hospitalarios) y con él se determina efectivamente la incidencia del factor administrativo, de estructuras físicas, de ayudas mayores y menores, y formación, para luego poder definir dónde hay que realizar la intervención a corto, mediano y largo plazo.

Una intervención en los estilos de vida saludables también incide en la disminución de la accidentalidad, pero también de la enfermedad laboral, teniendo en cuenta que las características individuales inciden en la aparición o permanencia de problemas osteomusculares. Todos los procesos de formación para evitar los problemas osteomusculares por trastorno acumulativo, las formaciones en capacitación y prevención en movilización de pacientes, en prevención de dolor de espalda, acondicionamiento físico dependiendo la exigencia física de cada perfil ocupacional, hacen parte de las capacitaciones que tenemos a disposición de nuestros afiliados.

Estamos aquí para apoyarlo en todas sus necesidades y las de sus trabajadores. Juntos podemos disminuir efectivamente el riesgo, los accidentes laborales y la enfermedad de su insumo más importante, sus empleados.

 

Fuente:
Adriana Lucia Cárdenas
Terapeuta Ocupacional
Regional Antioquia ARL SURA

 
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